Lauren Kavanaugh es una mujer de 21 años que revivió, 14 años después del fin de su pesadilla, el infierno que vivió en su infancia: fue encerrada en un armario por cinco años por sus propios padres, que solo la sacaron para violarla y torturarla repetidamente.
Ella nunca pudo ver a sus hermanos y hermanas, a los que oía jugar y vivir normalmente afuera. Tenía 3 años cuando su madre la arrojó en el armario y no le dio comida ni agua. Luego la sacó en la noche, para que su padrastro y ella misma la violaran. Pusieron música country para atenuar sus gritos.
Pero eso no fue todo, informó el tabloide Daily Mirror. Le quemaban cigarrillos. La obligaban a masticar spaguetti para después obligarla a escupirlo. Cuando la bañaban, la trataban de ahogar. Cinco años duró la tortura. Los pedófilos llamaban a la niña su "pequeño secreto". Pero fueron atrapados por un vecino, que alertó a la policía de todo. La niña ni siquiera podía comer y cuando fue adoptada por otra familia, debió superar varios traumas causados por lo que vivió.
Sus padres fueron condenados a cadena perpetua. Ahora ella estudia psicología para ayudar a otros que vivieron lo mismo que ella.
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Cuando Lauren Kavanaugh tenía tan solo 3 años de edad comenzó su tormento. Su madre, Barbara, y su padrastro, Kenneth Atkinson, la confinaron a un armario de 1.20 por 2.70 metros en su residencia en Dallas en el estado norteamericano de Texas. Por increíble que resulte, la niña pasaría los próximos cinco años de su vida viviendo como una prisionera en este sitio, en medio de sus propias heces y sin ningún tipo de contacto con sus hermanos ni con el mundo exterior. Lauren solo podía salir del armario cuando el par de sádicos tenía deseos de abusarla sexualmente o torturarla.
La alimentaban con las sobras de la comida y recibía cantidades mínimas de agua. “Era una niña muy delgada, muchas veces me ataban y resultaba imposible pelear contra los dos. Fui torturada en múltiples ocasiones – como cuando mi madre me bañaba y empujaba mi cabeza debajo del agua. Cuando tenía seis años, cierto día, ella llegó con un plato de macarrones con queso y lo puso frente a mí y me dijo que podía comerlo. Pero después me hizo escupirlo todo”. Testifica Lauren, hoy con 21 años de edad