El ovario poliquístico es un trastorno ginecológico que conviene ser tratado, ya que puede derivar en un problema de esterilidad en la mujer. Conocer los síntomas nos ayudará a adelantarnos al diagnóstico.
Se estima, según datos médicos, que entre el 6 y el 10% de las mujeres en edad fértil padecen el denominado síndrome de ovarios poliquísticos, un problema ginecológico cuyo origen sigue estando rodeado de preguntas sin respuestas, pero que está considerado como una de las principales causas de esterilidad en la mujer. Por lo tanto, tratar el denominado ovario poliquístico es la mejora manera de prevenir la esterilidad, aunque no es la única consecuencia que puede conllevar.
Las mujeres que padecen esta dolencia presentan un exceso de hormonas masculinas (andrógenos) en su organismo, situación que retrasa o inhibe la ovulación. Los ovarios de las mujeres con esta dolencia tienen un tamaño superior al normal y están cubiertos por unos quistes de contenido líquido y, con frecuencia, sus folículos no llegan a madurar, lo que imposibilita el embarazo en caso de estar pensando en ser madre.
Síntomas como tener un ciclo m3nstrval irregular (desde falta de reglas a periodos muy espacios o escasos), crecimiento de vello en lugares poco habituales en la mujer, como el pecho, la cara o la espalda, y la aparición de acné más allá de la etapa de la adolescencia pueden hacer sospechar de su presencia.
Otra de las señales que pueden alertar de la presencia de quistes en el ovario es la aparición de dolor durante las relaciones íntimas de pareja. En concreto, puede ser un síntoma de este trastorno ginecológico cuando el dolor es profundo y afecta al bajo vientre, pudiendo corresponderse con una inflamación de las trompas, endometriosis o, como hemos apuntado, con la presencia de quistes.